Y a pesar de los interminables duelos internos a media noche, las dudas y los reproches, no cambiaría nada de lo que ha pasado; pues lo que soy ahora, también fue gracias a todo aquello que solté cuando decidí dejar de aferrarme.
Me negué a la infelicidad que me causaba la costumbre, me sacudí el conformismo y emprendí un largo viaje de reconstrucción con destino hacia mi mejor versión. Francamente no tengo un plan o algún mapa trazado con las coordenadas correctas, pero tras cada paso que doy, me convenzo de lo lejos que quiero llegar.
Francisco J. Zárate
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