No importa cuánto tiempo viva, el gran león, eventualmente morirá miserablemente.
¡Ese es el mundo!
Pueden morir jóvenes por las heridas que sufrieron mientras defendían su orgullo.
Pueden morir viejos, debilitados por la edad.
En su pico, gobiernan, persiguen a otros animales, capturan, devoran, tragan y dejan sus migajas para las hienas.
Pero la edad llega rápido.
El viejo león no puede cazar, no puede matar ni defenderse.
Vaga y ruge hasta que se le acaba la suerte.
Será acorralado por las hienas, mordisqueado y devorado vivo por ellas.
Ni siquiera lo dejarán morir antes de que sea desmembrado.
La vida es corta.
El poder es efímero.
Lo he visto en leones.
Lo he visto en personas mayores.
Todos los que viven lo suficiente, se volverán muy vulnerables en algún momento.
Por tanto, seamos humildes.
Ayuda a los enfermos, los débiles, los vulnerables y, lo más importante, nunca olvides que algún día abandonaremos el escenario.
Fuente: René Hinojosa
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