Entonces la clase se reunió con el Profesor y se sugirió que ese niño de la cicatriz no vaya más el colegio, el profesor llevó el caso a la junta del colegio.
La Junta escuchó y llegó la siguiente conclusión:
‘Que no podría sacar al niño del colegio y que conversaría con el niño para que él fuera el último en entrar en el aula y el primero en salir, de esa manera ningún alumno vería la cara del niño, a menos que miraran atrás’.
El profesor pensó:
‘Magnifica la idea de la junta’, sabía que los estudiantes no mirarían más atrás.
Llevado al conocimiento del niño de la decisión.
Él rápidamente aceptó la imposición del colegio, pero con una condición:
‘Que él comparecería delante de todos los alumnos del colegio, para decir el porqué de esa cicatriz’.
La clase aceptó y al día siguiente el niño entró y se dirigió al frente del aula y comenzó a reportar:
-Saben clase, los entiendo.
Esta cicatriz es muy fea, pero así es como la adquirí:
Mi madre era muy pobre y para ayudar en la alimentación de la casa ella lavaba ropa para otros... Yo tenía alrededor de 7 o 8 años de Edad...
La clase estaba en silencio atenta a todo...
El niño continuó:
-Además de mí, tenía 3 hermanitos más, de 4 años, otro de 2 años y una hermanita de sólo unos días de vida.
Silencio total en la sala.
-Ahí es donde no sé cómo, nuestra casa que era simple y toda de madera comenzó a prenderse fuego. Mi madre corrió hasta la habitación en la que estábamos, agarró a mi hermano de 4 años, al de 2 años y a mí por el brazo y nos llevó afuera, había mucho humo, las paredes que eran de madera, sacaban fuego y estaban muy calientes... Mi madre me sentó en el suelo afuera y me pidió que me quedara allí hasta que ella volviera, pues mi mamá tenía que volver a casa y traer a mi hermanita que aún estaba en la habitación en llamas..
Sólo que cuando mi madre intentó entrar a la casa en llamas, la gente que estaba allí no la dejaron entrar a buscar a mi hermanita y yo veía a mi madre gritar:
‘Mi hija está adentro’.
Vi en la cara de mi madre, la desesperación, el horror y ella gritaba, pero esas personas no dejaban a mi madre buscar a mi hermanita.
Ahí es donde me decidí, dejé a mis hermanos y les dije que no se movieran de allí hasta que yo volviera, corrí entre la gente y sin que ellos entendieran, entré a la casa... Había mucho humo, todo estaba muy caliente, pero tenía que encontrar a mi hermanita
Sabía la habitación en la que estaba, cuando, llegué a la habitación, ella estaba envuelta en una sábana y lloraba mucho.
En ese momento vi algo cayendo y me tiré sobre ella para protegerla y esa cosa caliente tocó mi cara.
La clase estaba quieta, atenta al niño y avergonzada.
Entonces el niño continuó: ustedes pueden incluso encontrar fea esa cicatriz, pero hay alguien en casa que la cree hermosa y todos los días cuando llego, ella, mi hermanita la besa porque sabe que es la marca del amor.
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