La vida es la única oportunidad consciente que tenemos para vivir esta experiencia.
Una experiencia sensible, mental, espiritual y emocional.
En esta experiencia tenemos una inmensa capacidad que es la decisión y para ello nos apoyamos en nuestra intuición, razón y en una certeza que proviene de una fuerza o motor que llamamos amor.
El amor trasciende los objetos físicos, lo experimentamos y conocemos a través de otros, pero olvidamos que esa energía es intrínseca al ser humano.
En esta experiencia única e irrepetible cada uno busca su propio equilibrio, cada vez más exento de influencias externas y pautas impositivas que nos indiquen un camino hacia la franquicia de la felicidad.
¿Se puede replicar en todos los seres humanos?
Sin dudas.
Pero el método y el camino también son infinitos y no se agotan para que cada uno logre su mayor estado de bienestar.
El futuro es como un abismo infinito...
Estamos siempre en la incertidumbre y en la inmanencia, si comprendemos que el presente y todo lo que hoy nos ocurra forma parte de una experiencia total.
No esperaremos llegar al final.
La vida tiene un fin, pero cada segundo que experimentas, cada cosa que vives, es tu vida.
Disfruta y toma conciencia de todo.
Agradece, transformarte, no temas a ese futuro que a veces es más mental que real.
Ten proyectos y metas, pero recuerda que cada momento es único e irrepetible.
Comprende el aprendizaje de la experiencia, disfruta, fluye, experimenta y sobre todo VIVE.
Autor desconocido
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