El ego es
un mono que salta a través de la selva:
totalmente
fascinado por el reino de los sentidos,
cambia
de un deseo a otro,
de
un conflicto a otro,
de
una idea centrada en si misma a la siguiente.
Si
lo amenazas realmente teme por su vida.
Deja
partir a ese mono,
deja
partir los sentidos,
deja
partir los deseos,
deja
partir los conflictos,
deja
partir las ideas,
deja
partir la ficción de la vida y de la muerte.
Permanece
siempre en el centro observando, y
después olvídate de
que estás en él.
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