El mundo es un jardín, es un escenario.
Actúa este juego divino muy bien.
Ve las cosas solamente como son pero no las poseas, porque te verás en problemas: aún tu cuerpo es pasajero.
El próximo aliento no está garantizado, así que haz lo que tengas que hacer ‘ahora’: actúa bien, actúa con sabiduría, encontrando en primer lugar quién eres tú.
El mundo se parece a la cola de un perro, cuya naturaleza es enrularse.
Lo mejor que puedes hacer es mantenerte callado y no dejar que nada te perturbe.
Los visitantes vendrán y se irán, no interfieras con esas olas.
Mantente siempre vacío y deja a los deseos danzar.
Estar dormido en el estado de vigilia es permanecer dormido al deseo y a la aversión.
Autor desconocido
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