cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que septiembre fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas; mas no me prometiste tan sólo noches buenas; y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado,
el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes!
el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes!
¡Vida, estamos en paz!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario