Cuando aprendes, puede que tengas que caerte muchas veces.
Pero eso te fortalece.
Los niños pequeños que aprenden a andar fortalecen su cuerpo cuando se levantan, se caen y vuelven a levantarse.
Es como hacer ejercicio, desarrollar el cuerpo.
Eso forma parte del proceso.
No es que haya nada malo en ello, que haya que hacer que los niños se equilibren enseguida y no tengan que pasar por todo eso.
Nosotros tardamos siglos en ponernos de pie.
Así que los altibajos y las luchas de la vida pueden reconocerse también como desarrollo de la fuerza.
No es un desperdicio.
No hay nada malo en ti porque no puedas encontrar el equilibrio inmediatamente, aunque a todos nos gustaría.
Tenemos que aprender de las pruebas y los errores que cometemos.
Ajahn Sumedho
Fuente: Amida Maru
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