jueves, 15 de septiembre de 2022

Lo Que Tú Crees Que Es Ayuda

 No les quieras resolver los problemas a los demás.

No les hagas ese daño.

Lo que tú crees que es ayuda, es interferencia.

Desde tu buena intención los estás perjudicando.

Ayuda es hacer por el otro lo que el otro no puede hacer por sí mismo, pero si sí lo puede hacer, no es ayuda lo que le das. Estás interfiriendo.

Cada uno de nosotros se enfrentará en su vida a los problemas necesarios, para que vaya desarrollando las habilidades y capacidades que le hacen falta.

Esto es parte del diseño perfecto del Padre.

Que los hijos se enfrenten a las dificultades para que se fortalezcan, se perfeccionen y crezcan.

Pero luego llegamos los humanos buenos y nos duele el dolor del otro.

Se nos conecta el sentimiento, y como creemos que está mal lo que es perfecto, interferimos queriendo evitarlo.

Necesitamos dejar de ser buenos y pasar a ser sabios.

A ser justos, que es un nivel muy superior al bueno.

Ser bueno es ser ignorante.

Ser justo es ser sabio.

El bueno sufre por los demás y les quiere evitar el sufrimiento, evitando el aprendizaje.

El justo sabe que si el otro está sufriendo, ese sufrimiento lo llevará a fortalecerse y a crecer en amor.

Lo llevará a desarrollar habilidades y capacidades maravillosas.

No seas tú quien haga sufrir al otro, pero tampoco lo evites cuando suceda.

Las personas rescatadoras que quieren resolverles la vida a los demás convierten en inútiles a los que están a su alrededor.

Lo que hacen creyéndose buenas y amorosas, lo hacen por ignorantes.

Lo que creemos que es amor, no lo es.

Por amor permitimos que vivan la experiencia correspondiente sin interferir, ya que comprendo que esa experiencia es valiosísima.

Y no nos confundamos.

No vayamos a creer que al justo no le importan los demás.

Como le importan tanto y los ama profundamente, no interfiere con su aprendizaje porque sabe el daño que les ocasionaría.

El Padre espera que sus hijos regresen a Él cuando completen su evolución.

Lo haremos, pero para eso tendremos que habernos convertido en maravillosos seres radiantes de amor.

Y para lograrlo, necesitamos pasar por las experiencias necesarias.

 

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