Un ingrediente de la infelicidad... Es la queja. Cada vez que te quejas, les dices al Universo que te envíe más de lo que no te gusta. Cada vez que te quejas, te olvidas de lo bendecida que eres. Cada vez que te quejas, le abres la puerta a la amargura. Cada vez que te quejas, atraes pobreza espiritual. Cada vez que te quejas, te cierras a la abundancia y por consecuencia a la prosperidad. Cada vez que te quejas, envidiarás a todos los que te rodean. Cada vez que te quejas, endureces tu corazón.
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