Una mujer muy sabia se despertó una mañana, se miró al espejo, y notó que tenía solamente tres cabellos en su cabeza.
‘Mmm’. -pensó- ‘Creo que hoy me voy a hacer una trenza’.
Así lo hizo y pasó un día maravilloso.
Al día siguiente, se despertó, se miró al espejo, y vio que tenía solamente dos cabellos en su cabeza.
‘Mmm’. -dijo- ‘Creo que hoy me peinare de raya en medio’.
Así lo hizo y pasó un día grandioso.
El siguiente día cuando despertó, se miró al espejo, y notó que solamente le quedaba un cabello en su cabeza.
‘Bueno’. -ella dijo- ‘Ahora me voy a hacer una cola de caballo’.
Así lo hizo y tuvo un día muy, pero muy divertido.
A la mañana siguiente cuando despertó, corrió al espejo y enseguida notó que no le quedaba un solo cabello en la cabeza.
‘¡Qué Bien!’ exclamó.
‘¡Hoy no voy a tener que peinarme!’
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