El grupo dirigido no es un
campo de batalla de egos.
Por supuesto que habrá
conflictos, pero estas energías se convierten en fuerzas creativas.
Si el líder pierde de
vista cómo suceden las cosas, los pleitos y el temor devastarán el campo del
grupo.
Esto es una cuestión de actitud.
Esto es una cuestión de actitud.
No hay nada que ganar o
perder en el trabajo de grupo.
Provocar una discusión no
difunde luz en lo que está sucediendo.
El deseo de estar en lo
correcto vuelve ciega a la gente.
El líder sabio sabe que es mucho más importante estar contento con lo que está sucediendo actualmente preocuparse por lo que podría suceder pero no está sucediendo.
El líder sabio sabe que es mucho más importante estar contento con lo que está sucediendo actualmente preocuparse por lo que podría suceder pero no está sucediendo.
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