Los
pensamientos negativos, dudas y miedos, dañan nuestra aura, nuestro escudo
metafísico.
Aprendamos
a transformar esta oscuridad en luz, entregando lo mejor de nosotros al mundo,
porque la energía es circular.
Recibimos
la misma energía que compartimos con el universo…
Recuerda
que el crecimiento personal que tengas no depende de cuánto puedas rezar al
día, sino de lo que haces, de cuanto estás preparado para ayudar, amar y servir
a otros.
Qué
sea un día para darte cuenta que somos uno con el otro, y que mientras dividas,
excluyas, pelles y te dejes llevar por el mal, no estás construyendo nada bueno
para ti.
Ten
presente que somos lo que hacemos, y recibirás exactamente todo aquello que
entregamos a los demás.
Autor desconocido
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