Nuestra
obsesión con la velocidad, con cada vez más en cada minuto, significa que
corremos por la vida en lugar de vivirla.
Nuestra
salud, dieta y relaciones sufren.
Cometemos
errores en el trabajo.
Luchamos
para relajarnos, para disfrutar el momento, incluso para tener una noche de
sueño reparador.
Carl Honore
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