viernes, 31 de enero de 2020

Aquel Viejo, Viejo Vino


Existió una vez un hombre rico, muy orgulloso de su bodega y del vino seleccionado por él, y más lo estaba de una vasija con vino añejo que guardaba para alguna ocasión especial.
El gobernador del estado fue a visitarlo y el hombre, luego de pensar se dijo: ‘No destaparé esa vasija por un simple gobernador’.
Y un obispo de la diócesis lo visitó, pero él dijo para sí: ‘No, no destaparé la vasija. Él no apreciará su valor, ni el aroma dará placer a su olfato’.
También el príncipe del reino llegó y almorzó con él, pero este pensó: ‘Mi vino es demasiado exquisito para un simple príncipe’.
Y aun el día en que su propio sobrino se desposó, se dijo: ‘No, esa vasija no debe ser traída para estos invitados’.
Y los años pasaron, y él murió siendo ya viejo y fue enterrado como cualquier semilla o bellota.
El día después de su entierro, tanto la antigua vasija de vino como las otras fueron repartidas entre los habitantes del vecindario.
Y ninguno notó su antigüedad.
Para ellos, todo lo que se vierte en una copa es simplemente vino.

Khalil Gibrán

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