viernes, 31 de enero de 2020

Aquel Viejo, Viejo Vino


Existió una vez un hombre rico, muy orgulloso de su bodega y del vino seleccionado por él, y más lo estaba de una vasija con vino añejo que guardaba para alguna ocasión especial.
El gobernador del estado fue a visitarlo y el hombre, luego de pensar se dijo: ‘No destaparé esa vasija por un simple gobernador’.
Y un obispo de la diócesis lo visitó, pero él dijo para sí: ‘No, no destaparé la vasija. Él no apreciará su valor, ni el aroma dará placer a su olfato’.
También el príncipe del reino llegó y almorzó con él, pero este pensó: ‘Mi vino es demasiado exquisito para un simple príncipe’.
Y aun el día en que su propio sobrino se desposó, se dijo: ‘No, esa vasija no debe ser traída para estos invitados’.
Y los años pasaron, y él murió siendo ya viejo y fue enterrado como cualquier semilla o bellota.
El día después de su entierro, tanto la antigua vasija de vino como las otras fueron repartidas entre los habitantes del vecindario.
Y ninguno notó su antigüedad.
Para ellos, todo lo que se vierte en una copa es simplemente vino.

Khalil Gibrán

miércoles, 29 de enero de 2020

Pensaba...


Pensaba…
Mientras miraba una mariposa revolotear en una flor de mi jardín.
Me emocionó verla, tan diminuta, colorida, inquieta, en su constante movimiento.
¿Y qué hice en ése instante mágico?
Salí corriendo a buscar la cámara, ‘ésta mariposa merece quedar grabada en una foto’.
Y volví entusiasmada a sacar mi foto y...
¡Oh sorpresa!
La mariposa ya no estaba.
La mariposa me quiso regalar su presencia en un instante único, y yo lo desaproveché yendo a buscar la cámara.
Y entendí que la Vida nos regala siempre momentos únicos de felicidad absoluta y solemos ignorarlos o dejarlos pasar.
Como la mariposa la ’vida también, a veces se nos escapa en un instante’, por ello, disfrutemos los pequeños momentos.

Tere Pruyas

Yo Me Hago Cargo

Yo me hago cargo de lo que digo,
no de lo que tú entiendes.
Yo me hago cargo de lo que escribo,
no de lo que tú lees.
Yo me hago cargo de lo que hago,
no de lo que tú percibes.
Yo me hago cargo de lo que soy,
no de lo que tú deduces.
Yo me hago cargo de mis emociones,
no de tus reacciones.
Yo me responsabilizo de mi vida,
por favor,
hazte cargo tú de tus proyecciones.

martes, 28 de enero de 2020

Una Piedra En El Zapato

Si usted tiene e una piedra en el zapato…
No teorice sobre ella, no dé ni pida explicaciones.
No vaya a terapia a ‘trabajar en su piedra’.
No necesita un experto, ni un coach, ni un terapeuta.
Ni reclamarles a sus padres ni a otras personas por su piedra.
Si usted tiene una piedra en el zapato, cállese, deténgase, quítese la piedra y siga su vida.
Y no joda a nadie en el camino…
Es su pie, es su piedra y es su zapato.

lunes, 27 de enero de 2020

Espiritualidad


La espiritualidad es mirar a tu vecino y comprender que su mal humor es causa de su dolor, y no sentirte ofendido.
Espiritualidad es que las cosas no salgan como tú deseas y aceptar que así ha de ser para tu aprendizaje.
Espiritualidad es hacerte responsable de tus circunstancias, es no creerte la víctima, es no culpar a nadie de lo que te sucede.
Espiritualidad es vivir en la alegría, o en el silencio, o en el bullicio, o en la tormenta, o en la luz, o en la oscuridad, vivir lo que la vida te propone, sin pretender que sea otra cosa.
Espiritualidad es comprender que si te enfermas, no solo hay que atender los síntomas físicos, sino también ver que emociones no estás gestionando, y atender que lo que hace tu cuerpo es mandarte un mensaje.
Espiritualidad es caminar disfrutando de cada paso del camino, independientemente de lo que te suceda. Es atender las emociones sin identificarte con ellas.
Es cuidar tus pensamientos y tus palabras.
Es ser coherente y mantener la autenticidad en todos los ambientes y en todas las circunstancias.
Espiritualidad es abrazarlo todo.
Es amar el mundo tal y como es, con todo lo que contiene.
Sin juzgarlo, sin quejarte, sin poseer.
Espiritualidad es compartir, es estar en paz.
Es dejar que cada uno viva como le plazca.
Es comprender que nada es real y que a la vez, hay que ser impecables a la hora de jugar la partida de la vida.
Y no hablo de religión, no hablo de dogmas, no hablo de pecados, no hablo de creencias, no hablo del bien y del mal, no hablo de iglesias, ni de maestros, ni de normas.
Hablo de lo que late cuando consigues parar y mirar hacia dentro, y te das cuenta de que no tendría sentido la vida, si solo fuéramos materia.
Si solo estuviéramos aquí para pasar el rato.
Si solo fuéramos un puñado de carne, de vísceras, de arterias.
Si solo fuéramos un deseo atrapado en un cuerpo, sin un alma que anhela sentir de nuevo, el amor del que sin duda forma parte.

Lena Bu.
De la página la Magia de los Elementos