Erase una vez
un pequeño pajarillo que durante mucho tiempo se dedicó a buscar un lindo árbol
para hacer su nido.
Cuando por fin
pudo encontrarlo, fue juntando ramas hasta que terminó su casita.
Realmente se
sentía muy satisfecho y orgulloso de su labor.
Todas las
mañanas salía a buscar comida y regresaba antes del anochecer para cantar y
contemplar el bosque.
Pero, cierto
día, cuando regresó al hogar, encontró un hueco vacío
donde anteriormente estaba su árbol. ¡Un leñador lo había cortado!
El
pajarillo, muy triste, se dedicó a dar vueltas alrededor de lo que quedaba del
tronco, repitiendo sin cesar:
-¡Mi
árbol! ¡Mi árbol! ¡Alguien me ha quitado mi árbol!
Así,
al cabo de un rato, exhausto, cayó al suelo, con tan mala suerte que un zorro
lo atrapó y se lo llevó.
En
cambio, a otro pajarillo le sucedió exactamente lo mismo.
Pero,
en lugar de quedarse dando vueltas, quejándose de su suerte y fatigándose,
buscó otro árbol, hizo otro nido, y vivió feliz.
Extracto del libro:
Viaje a la India para
aprender Meditación.
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