Vale
la pena cada espina, cada rosa, cada lágrima que riega lo que florecerá en
sonrisa, porque la vida es maravillosa por ella misma; no importan las penas,
no importa el desamor, porque pasa, todo pasa y el sol vuelve a brillar.
En
esos momentos debemos tomar todo nuestro amor, nuestro coraje, nuestros
sentimientos, nuestra fuerza y luchar por salir adelante.
Muchas
veces nos hemos preguntado si vale la pena entusiasmarnos de nuevo, y sólo
puedo contestar una cosa:
¡Hagamos
que nuestra vida valga la pena!
Vale
la pena sufrir, porque he aprendido a amar con todo el corazón.
Vale
la pena entregar todo, porque cada sonrisa y lágrima son sinceras.
Vale
la pena agachar la cabeza y bajar las manos, porque al levantarlas seré más
fuerte de corazón.
Vale
la pena una lágrima, porque es el filtro de mis sentimientos, a través de ella
me reconozco frágil y me muestro tal cual soy.
Vale
la pena cometer errores, porque me da mayor experiencia y objetividad.
Vale
la pena volver a levantar la cabeza, porque una sola mirada puede llenar ese
espacio vacío.
Vale
la pena volver a sonreír, porque eso demuestra que he aprendido algo más.
Vale
la pena acordarme de todas las cosas malas que me han pasado, porque ellas
forjaron lo que soy el día de hoy.
Vale
la pena voltear hacia atrás, porque así sé que he dejado huellas en los demás.
Vale
la pena vivir, porque cada minuto que pasa es una oportunidad de volver a
empezar
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