Verás, en mi condición todos me ven como una oveja, incluso me portó como una, y hasta como pasto, pero adentro el instinto de lobo analiza a cada persona, de manera que cuando alguien viene creyendo que yo seré la presa, la cosa sale al revés porque mi guardia nunca está abajo, y mi instinto no es de presa.
Hacer el bien no consta, de ser una oveja, consta de seguir siendo un lobo, pero respetar a las ovejas, tenerlas al lado y luchar contra el instinto de querer comérselas.
Gabriel Hernández.
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