Caminar de forma sagrada es hacer de la vida un arte,
vivir cada momento como si fuera el último,dar cada paso como si fuera el primero.
Inspirar amor y conciencia
en este frágil cuerpo nuestro
y entrar en el cuerpo mayor
que todos compartimos.
Ver que cada paso debe ser dado
con ligereza, sin forzar nada,
sin crear más ego.
Caminar de manera sagrada
es liberarnos de nuestro sufrimiento
y permitir que la brillante esencia
del momento dirija nuestro siguiente paso.
En un cuerpo abierto,
en una mente abierta,
en un corazón abierto,
las posibilidades son ilimitadas.
La sanación se encuentra por doquier.
Cada paso es precioso.
Cada paso es una nueva sanación.
Alce Negro
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