Antes me preguntaba por qué alguien podría ser malo con quien no le había hecho nada…
Todavía creía en mi percepción subjetiva de lo “malo” y lo “bueno”.
Hasta que entendí que la gente no da de acuerdo a cómo es el mundo, da de acuerdo a cómo son, cómo perciben al mundo a través del filtro de su propia autoestima y de acuerdo a lo que llevan dentro.
Entendí que vivimos en un mundo de causa y efecto, no de héroes y villanos como en las caricaturas.
Quien está lleno de amor no puede más que amarte.
Quien está lleno de odio no puede más que odiarte.
Y ese odio muchas veces sólo es el resultado del odio que alguien más les mostró a ellos.
Ninguno es personal, ni el amor ni el odio.
No tienen nada que ver contigo.
Mejor pon atención a lo que tú te das a ti mismo…
¿Te estás llenando a ti mismo de amor o de odio?
Porque eso es lo que daremos a los demás.
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