La meditación es el gimnasio de la mente.
La atención consciente en el ahora es la llave Maestra que te va a permitir crear la vida que deseas.
Sin ella, tu mente seguirá recreando los viejos patrones de pensamiento y las mismas reacciones emocionales, por tanto, de un modo inconsciente, seguirás recreando tu antigua vida.
La mente puede convertirse en un caballo salvaje que corre a toda velocidad, pero sin conducirnos a ninguna parte.
Al menos, a ningún lugar donde experimentar más serenidad y armonía.
La buena noticia es que podemos entrenarnos para observar nuestros procesos mentales con atención consciente.
De este modo, entraremos profundamente en el “aquí” y “ahora” y comenzaremos a llevar las riendas del caballo.
La mente va de un lado para otro, como un mono saltando de rama en rama.
Si nos dejamos arrastrar por los viejos patrones mentales emocionales, podemos entrar en emociones de baja frecuencia.
En este estado es fácil encontrar obstáculos de distinta índole.
Todos
tenemos alguna experiencia de cómo nuestro estado interno de malestar encuentra
eco “afuera” con dificultades y conflictos con otras personas.
Entrenándonos como observadores de nuestra propia realidad, a través de la
atención consciente, podemos hacernos cargo de todos nuestros estados
emocionales, sin miedo a sentir y no poder controlar lo que experimentamos.
La
meditación es el gimnasio de la mente.
Es un entrenamiento para cultivar la atención consciente.
Al igual que hay muchos tipos de gimnasios y de entrenadores, también hay diferentes sistemas de meditación y de maestros.
El objetivo común es entrenar la mente para estar cada vez más atentos a lo que sucede en el ahora, pero las formas varían y cada uno necesita encontrar la que se adapta mejor a su naturaleza.
Hay meditaciones en posición sentada y meditaciones en movimiento; hay prácticas con visualización, con mantras, con mudras, etc., etc.
El ejercicio de sentir tu respiración 2 minutos, es una de las meditaciones más zen-cillas que puedes realizar.
Todo lo que se necesita para su práctica lo llevas puesto y puedes hacerla en cualquier parte.
Cada vez que percibas que te desconectas de tus sensaciones en el momento presente, puedes volver aquí y ahora a través de tu respiración.
De este modo comenzarás a darte cuenta de la cantidad de veces que estás reaccionando en automático y podrás empezar a crear las respuestas que quieres para tu existencia.
Tomarás conciencia también de la cantidad de pensamientos que produces preocupándote por un futuro que, de momento, no ha llegado, en lugar de ocuparte de construir la realidad que deseas experimentar.
Nuestra mente nos pertenece y podemos entrenarla.
A veces escucho a alguna gente hablando de su mente como si la hubiese abducido un extraterrestre.
Si tu cabeza está poblada de incesantes pensamientos que no te generan bienestar, recuerda: tu mente es tuya y puedes ejercitarla.
Cuando te sientas a sentir tu respiración, cuando practicas la meditación, estás creando un estado de lucidez y calma mental.
Así podrás observar todo lo que experimentas desapegadamente.
Cuida de concentrarte en la realidad que deseas, en lugar de hacerlo en lo que no deseas.
Lo importante es en lo que te estás enfocando, donde estás sosteniendo tu atención.
Nuestros “estados” son semillas que plantamos en el terreno fértil de todas las posibilidades.
Así que, conviene enfocarse en lo que uno quiere experimentar.
Tenemos el poder de elegir nuestros pensamientos, y este poder está estrechamente ligado a la atención consciente de cada instante, respecto a lo que sucede en nuestro ser y en nuestro entorno.
Ana Jaraba
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