retrocede absorbida por otra ola que llega y finaliza en otro punto, ninguna de estas olas son iguales, pero se comportan de la misma manera, son suaves si no encuentran oposición, golpean con fuerza cuando algo se interpone en su camino.
Al acercarnos la taza de té́ a los labios nos llegará el aroma y si bebemos con tranquilidad y a sorbos cortos, el líquido penetra por la garganta unido al aire de la inspiración que es la fuerza que transporta sabores aromas y realizando una curva vuelve a salir al exterior a través de las fosas nasales, cargado de los valores intangibles que le ha aportado el té, pero si no somos pacientes a la hora de beber, el té nos golpeará con otra energía que es la que ha permitido que las hojas de té se vacíen de gran parte de su contenido, y es el calor que le ha dado el fuego.
Olas, té, Tai Chi Chuan, todos ellos tienen un comportamiento mediante la suavidad, y otro totalmente opuesto ante la oposición.
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