viernes, 29 de mayo de 2020

Ni Para Eso Servías




Le puse el seguro a la puerta del auto y al levantar la mirada vi a este tipo, caminando hacia mí.
Se parecía a Peter mi viejo amigo
pero no era Peter.
Era un hombre demacrado
en jeans y camisa azul de trabajo
y me dijo:
“Oye, mi esposa y yo
necesitamos algo para comer,
morimos de hambre”
Miré detrás de él
y ahí estaba su mujer
que me miró con ojos a punto
de lágrima.
Le di un billete de cinco.
“¡Te amo, hombre!”, gritó,
“No me lo gastaré en bebida”.
“¿Por qué no?”, le contesté,
“Es lo que yo haría…”
Me alejé para entrar a un edificio,
arreglé unos cuantos asuntos.
Salí, regresé al auto,
como siempre pensando
si hice lo correcto
o si fui víctima de un engaño.
Mientras conducía,
recordé mis años de miseria,
hambriento más allá de cualquier arreglo
nunca pedí a nadie un centavo.
Esa noche, después de unos tragos,
le expliqué a la mujer con la que vivía
lo mucho que daba dinero a vagabundos,
pero que yo
en los tiempos más obscuros
de hambre en mi vida
me negué a pedir nada a nadie.
“Lo que pasa es que ni para eso
servías”, dijo ella.

Charles Bukowski
Soy un fracaso

Libre


El anciano general, triunfador de mil batallas, estaba en su casa apreciando su colección de antigüedades.
Tomó un precioso jarrón de porcelana para mirarlo detenidamente y, al volver a ponerlo en su lugar, casi se le cae.
Con un movimiento desesperado atrapó el jarrón en el aire y dijo:
-¡Huy! ¡Qué susto!
Al rato pensó:
-He dirigido a miles de soldados, enfrentando muchas situaciones de vida o muerte y jamás sentí miedo. ¿Por qué hoy me asusté tanto a causa de una vasija?
Finalmente, el anciano comprendió que la causa de su miedo era el apego al objeto deseado y el temor a perderlo.
Entonces, tomó el jarrón y lo arrojó contra el piso, rompiéndolo en mil pedazos.
El general nunca se sintió tal libre.

Tomado de Facebook
muro de Daniel Paz

miércoles, 27 de mayo de 2020

Beber El Té


Beber el té es saber que cuando llega a su límite comienza una mudanza hacia su contrario (物极必反 Wùjíbìfǎn).
Es el punto del Yang supremo que no puede eternizarse en el tiempo, cerrando un ciclo sin realizar ese corte de forma brusca, sino tratando de bajar de la cumbre al valle para comenzar otro ascenso.
Una situación sucede a otra sin interrupción.
Una ola llega a la playa hasta un punto, retrocede absorbida por otra ola que llega y finaliza en otro punto, ninguna de estas olas son iguales, pero se comportan de la misma manera, son suaves si no encuentran oposición, golpean con fuerza cuando algo se interpone en su camino.
Al acercarnos la taza de té́ a los labios nos llegará el aroma y si bebemos con tranquilidad y a sorbos cortos, el líquido penetra por la garganta unido al aire de la inspiración que es la fuerza que transporta sabores aromas y realizando una curva vuelve a salir al exterior a través de las fosas nasales, cargado de los valores intangibles que le ha aportado el té, pero si no somos pacientes a la hora de beber, el té nos golpeará con otra energía que es la que ha permitido que las hojas de té se vacíen de gran parte de su contenido, y es el calor que le ha dado el fuego.
Olas, té, Tai Chi Chuan, todos ellos tienen un comportamiento mediante la suavidad, y otro totalmente opuesto ante la oposición.

martes, 26 de mayo de 2020

El Caminante

El caminante...
‘Poema para un alma despierta’

No intentes cambiar a nadie:
Limítate a iluminar…
Porque es tu luz la que invita
a tu prójimo a cambiar…
Que en estos tiempos extraños en que elegiste volver, tu tarea, compañero, no es otra que la de “Ser”.
Y si ese que va a tu lado se encuentra dormido acaso, respeta su desarrollo y su aparente retraso…
Contémplalo con ternura y acéptalo tal cual es,
y déjalo que prosiga marchando sobre sus pies.
No te olvides que él está
siguiendo su “plan de vida”:
ese que le armó su alma
al preparar su venida.
Y tú no puedes lograr que eleve sus vibraciones,
ni con presiones abiertas ni sutiles empujones….,
porque hay ciclos en la vida
que no se pueden forzar:
¡ya su corazón un día
se abrirá de par en par!
Y entenderá cabalmente de forma clara y certera, que esta vida es solamente una ilusión pasajera…
Tú entra en tu propio silencio, y en forma suave y callada, deja que tu luz interna se filtre por tu mirada.
Tu impronta suave y serena produce su propia acción,
y esparce sobre las cosas silenciosa inspiración…
Y cuando dejas que el otro transmute su propia cruz,
no intentas cambiar a nadie…
¡Pero los cambia tu luz!

Jorge Oyhanarte
Muro: Oso Gress

El Kôan

El Guerrero a la Sombra del Cerezo

El kôan es un acertijo o parábola utilizada por los maestros zen para ayudar a sus alumnos a despejar la mente y progresar hacia la iluminación.
Tradicionalmente, un kôan no tiene una respuesta lógica, sino que requiere un esfuerzo de abstracción para comprender la enseñanza que el maestro quiere expresar.


‘-Si el granizo arrecia y arrasa los cultivos de arroz, el campesino y su familia pasarán hambre ese año.
Es normal, por tanto, que se sienta furioso después de trabajar los campos durante tantos meses.
¿Pero a quién culpar?
¿Al arroz, por no resistir la tormenta tras meses de atentos cuidados?
¿Al granizo, por destrozar lo que con tanto esfuerzo ha cultivado?
¿O a sí mismo, por no evitar lo inevitable?
-Tus acertijos no me interesan, bonzo.
Ignorando las palabras de Kenzaburô, Kosei prosiguió:
-Este kôan, como todos los demás, no tiene una respuesta, general Arima.
Pero encierra una sencilla verdad: en la naturaleza del granizo está arrasar todo a su paso, en la del arroz ceder ante la tormenta, y en la del campesino cultivar sus campos un año tras otro.
Simplemente hay desgracias que no tienen culpables, ¿por qué buscas uno?’

novela publicada por Editorial Suma de Letras