Cuando
logro calmarme, entiendo.
Cuando
puedo esperar, las cosas llegan.
Si
sonrío, me hablan más lindo.
Si
me relajo, las cosas se acomodan.
Si
puedo respirar pausado, no tengo tanto miedo.
Si
me cruzo de vereda, lo que me da rabia me da ternura.
Entendiendo
que confiar es no saber, confío.
Y
acá estoy, mirando contextos para entender los actos, y aprendiendo tanto.
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