“El caballero pregunto que era la
bebida que le había ofrecido? El mago sonriendo le dijo: es vida ¿vida? Sí, dijo el mago ¿no te pareció amarga al principio y, luego, a
medida que la degustabas, ¿no la encontrabas cada vez más apetecible?
El
caballero asintió, y los últimos sorbos resultaron deliciosos. Eso fue cuando
empezaste a aceptar lo que estabas bebiendo. La vida es buena cuando uno la
acepta. Las cosas hay que aceptarlas tal como son, simplemente porque son así”.
“tienes que aprender a salvarte a ti
primero”.
“supongo que he tenido miedo de
estar solo. Y le vino un pensamiento de que durante toda su vida había perdido
el tiempo hablando de lo que había hecho y de lo que iba hacer. Nunca había
disfrutado de lo que pasaba en el momento. Durante la mayor parte de su vida,
no había escuchado realmente a nadie ni a nada. El sonido del viento, de la
lluvia, el sonido del agua que corre por los arroyos, había estado siempre ahí,
pero en realidad nunca los había oído. Tampoco había oído a Julieta, cuando
ella intentaba decirle como se sentía; especialmente cuando estaba triste.
Julieta debía de haberse sentido muy sola hablando con un hombre envuelto en
acero, tan sola como él se había sentido en esa lúgubre habitación. Su propio
dolor y su soledad afloraron. Comenzó a sentir el dolor y la soledad de Julieta
también”.
“el caballero lloro más al darse
cuenta de que si no se amaba, no podía amar realmente a otros. Su necesidad de
ellos se interpondría. En eso apareció el mago y le dijo: sólo podrás amar a
otros en la medida en que te ames a ti mismo”.
Robert Fisher
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