Sé
siempre silencioso, y la energía fundamental no te perjudicará; reduce al
mínimo los pensamientos, y la lámpara de la sabiduría brillará dentro de ti.
Evita
la ira, así el espíritu estará en paz y despierto; domina los enojos y la mente
estará clara y fresca.
Si
no se busca, no existen adulaciones ni halagos; sin aferrarse, uno puede
cambiar flexiblemente.
Si
no eres codicioso, eres rico; si no eres presuntuoso, ¿por qué temer a los
gobernantes?
Cuando
la energía se asienta, la verdadera respiración crece diariamente.
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