sábado, 30 de septiembre de 2017

El Amor




En sánscrito, la palabra dhyan significa atención o concentración y de ella proviene el término zen.
Con el tiempo, la palabra dhyan pasó a ser ch'an en chino y zen en japonés.
Zen es un camino hacia la paz interior con base en la meditación serena y en una vida de amor y desasimiento.
Dhyan o zen es estar en el ahora y disfrutarlo plenamente, es amar libremente con una conciencia despierta.
Difícil intento en medio del agite, las carreras, el ruido y el empeño obsesivo por el poder o por manipular.
Tú te amas y eres inteligente si creas el hábito de detenerte, vivir el instante, y vives relaciones sin cadenas.
A la mente le fascina flagelarse con el ayer o sufrir con el mañana, mientras la vida se escapa en el ahora.
Tu felicidad crece cuando prescindes de todo lo que te atrapa en el plano material, aquietarte y trascender.
La paz de tu alma está en cultivar la aceptación y el desapego, y no estar atado a nada ni a nadie.
Algo que solo alcanzas si te amas mucho y no pones tu felicidad fuera de ti mismo.
No sufres con el apego si tomas conciencia de la impermanencia de todo, y prefieres ser a tener.
Detrás del apego hay miedos y detrás del miedo una fe débil y un amor precario.
Cuando eres capaz de renunciar a todo sin quejarte o deprimirte, entonces todo lo tienes y fluyes en la vida.


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