Dos olas, una
pequeña y la otra grande, se desplazan por el mar.
De repente,
la ola más ve la tierra aproximándose y se inquieta.
Grita a la
ola más pequeña.
-¡OH, NO!
¡Ahí delante las olas están rompiendo y deshaciéndose! ¡Vamos a morir!
Pero por algún
motivo, la ola pequeña no se siente alterada.
Entonces la
ola grande trata de convencerla, sin resultado.
Finalmente,
la ola pequeña dice:
-¿Qué dirías
que hay ocho palabras, y que si realmente las comprendes y te las crees verás
que no hay razón para temer?
La ola
grande protesta, pero a medida que la tierra firme se aproxima se siente más desesperada.
Está
dispuesta a probar cualquier cosa.
-¡Vale! De acuerdo,
dime las ocho palabras.
-Bien. Dice
la ola pequeña.
-Tú no eres
la ola, eres el agua.
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