Don
Juan Matus, el guía y chamán de Carlos Castañeda, nació en Arizona de
ascendencia yaqui y yuma.
Vivió en la orfandad desde la infancia, debido a que
en las guerras yaqui sus padres fueron asesinados.
Estuvo un tiempo en Yucatán, donde se ganaba el sustento trabajando en los
cafetales de la zona.
Su juventud fue bastante accidentada, porque era
excesivamente pendenciero.
En la última de esas contiendas recibió un balazo en
el pecho que lo dejó tirado en la calle, muy mal herido.
Un indio viejo que
pasaba por el lugar, lo recogió y lo cuidó, no sin antes haber aparentado
frente a las personas que los rodeaban en ese momento - previo guiño a una
vidente que presumía ser su mujer en público - que el herido era hijo de ambos
y que sufrían inmensamente por lo que había ocurrido.
Cuando hubo pasado un
tiempo y ya se encontraba casi recuperado, don Juan hizo planes para huir de
aquel lugar, pero el indio que no era otro que don Julián, su futuro guía y
chamán, le propinó un fuerte golpe en la espalda que lo forzó a entrar a un
estado de consciencia acrecentada.
Después le reveló parte de la regla que
tenía que ver con el Nagual.
Don
Juan vivió las tres etapas del desarrollo de un guerrero:
l.- ser guiado a tomar la regla como mapa,
2.- la comprensión que uno puede obtener la consciencia suprema,
3.- conocimiento de un pasaje secreto para acceder a ese otro mundo oculto de la consciencia.
3.- conocimiento de un pasaje secreto para acceder a ese otro mundo oculto de la consciencia.
Don
Julián le ayudó a convertirse en "hombre de conocimiento" y también
le transmitió otros conceptos, uno de los cuales don Juan aplicó en su vida.
Se
refería al hecho de que la historia personal debía mantenerse en privado,
porque así se evitaba "sufrir el peso de los pensamientos ajenos."
A
día de hoy no existe ningún testimonio que autentifique la verdadera existencia
de Don Juan Matus.
Si que se sabe que Carlos Castaneda conoció a varios
chamanes, y quizás Don Juan sea la representación que él mismo creó unificando
a todos los chamanes y su conocimiento.
Castaneda, sin embargo, siempre dio por
sentada la existencia real de Don Juan.
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