El orgullo acaba con el amor.
La persona orgullosa no quiere aceptar lo que hace mal, y si debe haber un culpable, siempre es su pareja.
Y todo lo que hace, o todo lo que dice es perfecto. Cree que nadie más puede, nadie más entiende, y obvio, que nadie puede enseñarle nada.
Se cree imprescindible, y no acepta la opinión ajena.
Y hace miserable la vida de todos, en especial la de su familia.
Autor deconocido
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