Duende mío que andas por el aire
como ángel en la tierra.
Duende mío,
en esta casa donde voy a entrar,
tenga llave o tenga puerta,
seré permitido diciendo:
Señor, con tu santa fe,
este camino por donde voy,
halle perros no me ladren,
halle gente no me sienta.
También duende mío te pido
que mi cuerpo, mi alma y mi espíritu,
sean unidos con el Ungido.
Duende mío, ya es hora
de darle fuerza a este cuerpo.
Duende mágico,
por la intercesión
de todos los poderes de la naturaleza
convierte nuestras pobres arcas
en rebosantes calderos de prosperidad,
descubre tus secretos y toca nuestro hogar
con la vara de la abundancia.
Cuando hagas esta oración,
pon un poquito de miel en tu ventana,
como ofrenda y agradecimiento para el duende.
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