Digamos que alguien se dirige a ti de manera grosera o con la intención de lastimarte.
En lugar de sentir un muro de resistencia dentro de ti que es constante y dolorosamente golpeado por cosas ‘que no deberían suceder’, deja que todo te atraviese.
En lugar de tener una reacción inconsciente empapada de negatividad, como ataque, defensa o retirada, deja que todo te atraviese.
No ofrezcas resistencia.
Es como si ya no hubiera nadie para ser herido.
Este es un acto de perdón.
Así te vuelves invulnerable y esa persona ya no tiene el poder de controlar tu estado interior.
Entonces te darás cuenta de que estás en tu poder y en el de nadie más, y que tu mente no está dirigiendo tus elecciones.
Eckhart Tolle
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