Todos estamos dañados.
Todos hemos sido heridos,
todos hemos tenido que aprender lecciones dolorosas.
Todos nos estamos
recuperando de algún error, pérdida, traición, abuso, injusticia o desgracia.
Toda la vida es un proceso
de recuperación que nunca termina.
Cada uno de nosotros debe
encontrar formas de aceptar y movernos a través del dolor y recuperarnos.
Por cada punzada de dolor,
depresión, duda o desesperación, hay una inversa hacia la renovación que llega
a ti a tiempo.
Cada tragedia es un
anuncio de que algo bueno llegará a tiempo.
Sé paciente contigo
mismo...
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