Hay un poder curativo en
el abrazo que aún desconocemos.
El abrazo cura el odio.
El abrazo cura el odio.
El abrazo cura los
resentimientos, cura el cansancio y cura la tristeza.
Cuando abrazamos soltamos amarras.
Cuando abrazamos soltamos amarras.
Perdemos por instantes las
cosas que nos han hecho perder la calma, la paz en el alma.
Cuando abrazamos dejamos de estar a la defensiva y permitimos que el otro se aproxime a nuestro corazón.
Cuando abrazamos dejamos de estar a la defensiva y permitimos que el otro se aproxime a nuestro corazón.
Los brazos se abren y los
corazones se acurrucan de una forma única.
No hay nada como un abrazo.
No hay nada como un abrazo.
Un
abrazo de "Te amo".
Un
brazo de "Qué bueno que estás aquí".
Un
abrazo de "Ayúdame".
Un
abrazo de "Hasta pronto".
Un
abrazo de "cuánto te extrañé".
Abrazos...
Cuando abrazamos somos más de dos, somos familia, somos accesibles, somos sueños posibles.
El abrazo debería, sí, ser recetado por los médicos, pues rejuvenece el alma y el cuerpo.
Cuando abrazamos somos más de dos, somos familia, somos accesibles, somos sueños posibles.
El abrazo debería, sí, ser recetado por los médicos, pues rejuvenece el alma y el cuerpo.
Desconozco el autor
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