El Maestro esbozó una pícara sonrisa.
-¿Y cuándo vas a partir?, preguntó.
-En cuanto me digas adonde debo ir.
-Te sugiero que vayas en la dirección en la que apunta tu nariz....
-Sí, pero ¿dónde debo detenerme?
-Donde tú quieras.
-¿Y estará allí la Verdad?
-Sí. Justamente delante de tu nariz, mirando fijamente a esos ojos tuyos que son incapaces de ver.
Anthony de Mello
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