Una historia sencilla que nos muestra
que la
actitud es todo en la vida.
Tal vez no sea tan simple
llevarla a la práctica,
pero vale la pena intentarlo.
Una mujer muy sabia se despertó una mañana, se miró al espejo, y notó que tenía
solamente tres cabellos en su cabeza.
-Hmmm…Creo que hoy me voy a hacer una trenza.
Así lo hizo y pasó un día maravilloso.
Al día siguiente, se despertó, se miró al espejo, y vio que tenía solamente dos cabellos en su cabeza.
-Humm… Creo que hoy me peinaré de raya en medio.
Así lo hizo y pasó un día grandioso.
El siguiente día cuando despertó, se miró al espejo, y notó que solamente le quedaba un cabello en su cabeza.
-Bueno, hoy me voy a hacer una cola de caballo.
Así lo hizo y tuvo un día muy, pero muy divertido.
A la mañana siguiente cuando despertó, corrió al espejo y enseguida notó que no le quedaba un solo cabello en la cabeza.
-¡Qué bien! ¡Hoy no voy a tener que peinarme!
-Hmmm…Creo que hoy me voy a hacer una trenza.
Así lo hizo y pasó un día maravilloso.
Al día siguiente, se despertó, se miró al espejo, y vio que tenía solamente dos cabellos en su cabeza.
-Humm… Creo que hoy me peinaré de raya en medio.
Así lo hizo y pasó un día grandioso.
El siguiente día cuando despertó, se miró al espejo, y notó que solamente le quedaba un cabello en su cabeza.
-Bueno, hoy me voy a hacer una cola de caballo.
Así lo hizo y tuvo un día muy, pero muy divertido.
A la mañana siguiente cuando despertó, corrió al espejo y enseguida notó que no le quedaba un solo cabello en la cabeza.
-¡Qué bien! ¡Hoy no voy a tener que peinarme!
Nuestra clase de vida no está determinada
por qué nos sucede,
sino por nuestra reacción a lo que nos
sucede.
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