TAI CHI "LOTO / ESPADA" - COLOMBIA |
Aunque
los demás tengan defectos, concéntrate en los propios.
Algunas personas tienen el hábito de culpar a otros.
Algunas personas tienen el hábito de culpar a otros.
Tal
vez todos tengamos esa debilidad.
La
lista de chivos expiatorios para nuestras miserias es ingeniosa e interminable.
Los
padres, la comunidad, los maestros, el gobierno e incluso demonios y dioses son
todos invocados cuando tenemos problemas.
Si
las dificultades verdaderamente vienen de fuera, el problema no es el culpar.
En
esos casos, el curso de acción es muy claro: Neutralizar esa influencia.
Si
el problema viene de dentro, la solución también tiene que venir de adentro.
Antes
de que culpes a tus amigos, parientes, o maestros por malos hábitos y falta de
visión, deberías recordar que no hay que culpar a nadie sino a ti mismo.
Es igualmente un error el perder la autoestima simplemente porque tienes algunos defectos.
Es igualmente un error el perder la autoestima simplemente porque tienes algunos defectos.
Ver
tus deficiencias y tomar medidas para eliminarlas debería ser visto como un
proyecto desapasionado.
No
eres despreciable porque asumes la tarea de elevarte sobre tus defectos.
Esa
descripción es sólo para quienes nunca intentan perfeccionarse a sí mismos.
Todos
tenemos un núcleo perfecto, un yo especial dentro.
Esa
pureza es perfecta y sagrada; por lo tanto, nadie es peor que otro.
Todos estamos en este planeta simplemente para volver a alcanzar ese yo puro.
Cuando alcanzamos ese espíritu, no hay defectos y no hay culpa.
Todos estamos en este planeta simplemente para volver a alcanzar ese yo puro.
Cuando alcanzamos ese espíritu, no hay defectos y no hay culpa.
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