Lo primero, debes comprender que no hay
ningún camino, ni de la mente, ni del corazón.
Todo camino te lleva
lejos de ti, lejos de la verdad que tú eres.
Sería muy fácil si existiera una verdad
en algún sitio. Por muy difícil que fuera el camino, la gente llegaría a
ella. Por muy lejos que estuviera, la gente llegaría. Cuanto más lejos,
cuanto más difícil fuera encontrar la verdad, más grande sería el reto
para el ego. Si el ego lleva al hombre a subir al pico más alto del
Himalaya, del Everest, donde no hay nada; si el ego le alienta a
desperdiciar billones de dólares para llegar a la luna, arriesgando
vidas… Y llega a la luna… El primer hombre que caminó en la luna debió
de sentirse bastante estúpido…¡No había nada!… tanto esfuerzo, tanta
tecnología, tantos preparativos, ¡para qué eran necesarios!.
Recuerda, el ego necesita retos. Vive con
el reto. ¿Por qué hay tan poca gente que haya vislumbrado la
verdad?…porque, no es un reto; no está “allí”, está “aquí” en tu
interior. No hay camino para llegar a ella, tú ya eres verdad. Pero tu
pregunta tiene otra implicación: ¿Será posible algún día que la mente y
el corazón se casen, o van a permanecer divorciados para siempre?. Todo
depende de ti, porque los dos son mecanismos. Tu no eres ni la mente ni
el corazón.
Puedes moverte a través de la mente, puedes moverte a través del
corazón. Naturalmente llegarás a lugares distintos porque la dirección
de la mente y del corazón son totalmente opuestas.
La mente dará vueltas y vueltas…pensando,
amenazando, filosofando…la mente conoce solo palabras, lógica,
argumentos. Pero es infértil; en lo que a la verdad se refiere no puedes
obtener nada de la mente, porque la verdad no necesita lógica, ni
argumentos, ni descubrimientos filosóficos. La verdad es simple, y la
mente la hace tan complicada…Durante siglos los filósofos han estado
buscando la verdad a través de la mente. Ninguno de ellos ha encontrado
nada, pero han creado grandes sistemas de pensamiento. Yo he estudiado
estos sistemas: no van a parar a ningún sitio.
El corazón es también un mecanismo…aunque
diferente de la mente. Puedes llamar a la mente el instrumento de la
lógica y al corazón el instrumento de las emociones. Todas las
filosofías, todas las tecnologías son creadas por la mente; del corazón
proviene todo tipo de devoción, oración, sentimentalismo. Pero también
el corazón da vueltas y vueltas… con las emociones. La palabra “emoción”
está bien. Observa…se forma con “moción”, movimiento. Luego el corazón
se mueve, pero está ciego. Se mueve rápido, con prisa, porque no hay
razón para esperar. No tiene que pensar, luego se lanza a donde sea.
Pero la verdad no está en las emociones.
La emoción es, al igual que la razón, una
barrera, La razón es tu parte masculina, y el corazón es tu parte
femenina. Pero la verdad no es masculina, ni femenina. La verdad es tu
consciencia. Puedes observar tu mente pensando, puedes observar tu
corazón palpitando de emoción. Existe una relación entre ellos…
La sociedad ha establecido que la
razón ha de ser “el maestro” y el corazón “el sirviente”, porque la
sociedad es una creación de la mente del hombre y el corazón es
femenino. Al igual que el hombre ha esclavizado a la mujer, la mente ha
esclavizado el corazón.
Podemos invertir esta situación: hacer
que la mente sea el sirviente del corazón. Si tenemos que elegir entre
los dos, si nos obligan a elegir entre los dos, entonces es mejor que el
corazón sea el maestro y la mente su sirviente. Hay cosas que son
imposibles para el corazón, y lo mismo ocurre con la mente. La mente no
puede amar, no puede sentir. El corazón no puede razonar, es irracional.
En el pasado han estado en conflicto. Este conflicto representa la
separación entre hombre y mujer.
Si estás hablando con tu mujer, debes
saber que hablar es una tarea imposible, es imposible discutir, es
imposible llegar a un acuerdo justo, porque la mujer funciona desde el
corazón. Ella salta de una cosa a otra sin importarle la relación entre
ellas. No puede discutir, pero puede llorar. No puede ser racional, pero
puede chillar. No puede cooperar en llegar a un acuerdo. El corazón no
puede entender el lenguaje de la mente.
La diferencia no es física, el corazón y
la mente están separados solo unos pocos centímetros. Pero en lo que
concierne a sus cualidades existenciales, son polos opuestos.
Mi camino ha sido descrito como el camino
del corazón, pero no es verdad. El corazón te creará todo tipo de
alucinaciones, ilusiones, dulces sueños…pero no puede darte la verdad.
La verdad está detrás de ambos: está en tu consciencia, que no es ni
mente, ni corazón. Solo porque está separada de ambos, puede utilizar
los dos en armonía. La mente sola es peligrosa, tiene ojos, pero no
ve…está ciega. El corazón puede funcionar en otra dimensión. No tiene
ojos pero tiene piernas está ciego pero puede producir cambios
formidables, a velocidad vertiginosa…naturalmente, sin saber a dónde va.
No es una coincidencia que en todas las lenguas de la tierra al amor se
le considere ciego. No es que el amor sea ciego, es, que el corazón no
tiene ojos.
A medida que tu meditación se hace más
profunda, que tu identificación con la mente y el corazón desaparecen,
te ves en un triángulo. Y tu realidad se centra en la tercera fuerza en
ti: la conciencia. La conciencia se maneja con facilidad, porque ambos,
mente y corazón le pertenecen. Hay una historia que habla de un mendigo
ciego, y un mendigo inválido…Ambos vivían fuera del pueblo, en el
bosque. Naturalmente eran enemigos, competidores en el negocio de la
mendicidad. Pero un día el bosque se incendia. El inválido no tenía
forma de escapar, pués no se podía mover por sí mismo. Tenía ojos para
ver por donde escapar del fuego, pero de que le servía si no tenía
piernas…El ciego tenía piernas, podía moverse rápido y salir del fuego,
¿Pero cómo encontrar el lugar a donde el fuego no llegaba?
Ambos iban a morir en el bosque, quemados
en vida. La emergencia era tal que se olvidaron de su competitividad.
En situaciones así solo un judío puede permanecer fiel al negocio, y
ciertamente estos dos mendigos no eran judíos. De hecho ser mendigo y
judío es por principio una contradicción. Inmediatamente se olvidaron de
su rivalidad…era la única forma de sobrevivir. El ciego cogió al
inválido en sus hombros, y juntos encontraron el camino para salir del
fuego. Uno veía y el otro se movía de acuerdo al primero.
Algo así ha de ocurrir en tu interior,
aunque en diferente orden. La mente tiene ojos, el corazón tiene el
coraje de lanzarse a lo que sea. Debes hacer una síntesis entre los dos.
Y en la síntesis, hago hincapié en esto, el corazón debe permanecer el
maestro y la cabeza el sirviente. Como sirviente tienes una gran
ventaja…tu capacidad de razonar. No puedes ser engañado, explotado.
El corazón tiene todas las cualidades
femeninas: amor, belleza, gracia. La mente es salvaje. El corazón es más
civilizado, más inocente. Un hombre consciente utiliza su mente como un
sirviente, y su corazón como un maestro…justo al contrario que en la
historia que acabo de contar. Y esto es muy fácil de hacer para el
hombre consciente. Una vez que te has des identificado de la mente y del
corazón, y que eres simplemente un testigo de ambos, puedes ver qué
cualidades son mayores, que cualidades son la meta. Y la mente como
sirviente puede traer estas cualidades; necesita ser guiada y dirigida.
Durante siglos, ha ocurrido justo lo contrario; el sirviente se ha
convertido en el maestro. Y el maestro es tan educado, tan caballeroso,
que no ha luchado. Ha aceptado su esclavitud voluntariamente. El
resultado es la locura que domina la tierra. Tenemos que cambiar la
alquimia del hombre.
Tenemos que reorganizar la estructura
interior del hombre. Y la revolución básica ocurrirá cuando el corazón
decida los valores. Nunca optará por la Guerra, nunca optará por armas
nucleares, no puede estar orientado hacia la muerte. El corazón es el
jugo de la vida. Una vez que la mente está al servicio del corazón,
tiene que hacer lo que el corazón decida. Y la mente tiene una capacidad
increíble para hacer lo que sea; simplemente necesita las directrices
correctas; sino perderá los estribos, se volverá loca. Para la mente no
hay valores. Para la mente nada tiene significado.
Para la mente no hay amor, belleza,
gracia…para la mente solo existe la razón. Pero este milagro es posible
solo si te des identificas de ambos. Observa tus pensamientos, porque al
observarlos, desaparecen. Entonces, observa tus emociones, tus
sentimientos; al observarlos, desaparecerán también. Entonces, tu
corazón es inocente como el de un niño, y tu mente tan genial como la de
Albert Einstein, Bertrand Russell ó Aristóteles.
Tomado de Osho: From the False to the Truth