Aquellas personas que sobresalen verdaderamente en lo
que hacen (aman lo que hacen), pueden trabajar casi completamente liberados del
ego.
Quizás no lo sepan, pero el trabajo se convierte para ellos en una
práctica espiritual.
La mayoría de ellos están presentes mientras realizan su trabajo y vuelven a un estado de inconsciencia relativa en su vida privada.
La mayoría de ellos están presentes mientras realizan su trabajo y vuelven a un estado de inconsciencia relativa en su vida privada.
Eso significa que su
Presencia se limita... transitoriamente a un aspecto de sus vidas.
Son uno con lo que hacen, uno con el Ahora, uno con las personas a quienes sirven o con las actividades que realizan.
La influencia que esas personas ejercen sobre los demás va mucho más allá de su función; hacen que se empequeñezca el ego de todas las personas que entran en contacto con ella.
Hasta quienes poseen egos pesados a veces aflojan, bajan la guardia y dejan de representar sus personajes cuando se relacionan con esas personas.
Quienes abandonan su ego mientras trabajan tienen un éxito extraordinario en lo que hacen.
Son uno con lo que hacen, uno con el Ahora, uno con las personas a quienes sirven o con las actividades que realizan.
La influencia que esas personas ejercen sobre los demás va mucho más allá de su función; hacen que se empequeñezca el ego de todas las personas que entran en contacto con ella.
Hasta quienes poseen egos pesados a veces aflojan, bajan la guardia y dejan de representar sus personajes cuando se relacionan con esas personas.
Quienes abandonan su ego mientras trabajan tienen un éxito extraordinario en lo que hacen.
Todas las personas que trabajan en la
unicidad contribuyen a construir la nueva tierra.
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