- Oye, Lucas.
-Dígame licenciado
- Oye Lucas, ¿Tú crees que
sea útil ser poeta?
- Claro que sí, Chaparrón,
si no, ¿Qué pretexto vas a encontrar para morirte de hambre?
- Sí, pero yo quiero
decir: ¿Tú crees que si hubiera más poetas la gente avanzaría con más seguridad
por la vida?
- No, Chaparrón, para
avanzar con más seguridad lo que hace falta es sincronizar los semáforos.
- Estás en lo cierto, pero
de cualquier manera para algo deben servir los poetas…
- Bueno, yo los utilizaría
para disolver manifestaciones.
- ¿Para disolver
manifestaciones?
- Sí. Chaparrón, ¿No te
has fijado en cómo se desbarata una reunión en cuanto alguien se para a
declamar un poema?
- Estás en lo cierto.
- Además, en esta época,
¿A quién le interesa que la luna sea blanca?
- A los del Ku Klux Klan.
- No, pero yo estoy
hablando de gente no de animales.
Pero de cualquier manera
tú no debes darte por vencido. Acuérdate que los poetas no son los únicos seres
inútiles que existen en el mundo. También hay abogados, economistas, críticos
de teatro, empresarios de boxeo; con el agravante de que el abogado te manda la
cárcel, el economista te manda la bancarrota, el crítico de teatro te manda a
la televisión y el empresario de boxeo te manda al manicomio, si no es que al
cementerio. En cambio, los poetas a lo que más que pueden mandarte, es al
diccionario para que averigües qué fue lo que quisieron decir.
Autor
desconocido