lunes, 31 de octubre de 2016

Decisiones permanentes

Nunca tomes decisiones permanentes...
...sobre emociones temporales.
 

El Limón Y La Sangre





¿Sabías que el limón regenera y limpia tu sangre?










Como ya sabemos entre las características del limón lo que más destaca es su alto contenido de vitamina C, y los componentes más importantes desde el punto de vista dietoterapico son los no nutritivos es decir las sustancias llamadas elementos fito-quimicos. 
Aparte del acido cítrico bien conocido en este fruto también encontramos el acido málico, aceitico y fornico que son los que potencian la acción de la vitamina C, y nos aporten un importante efecto antiséptico.
En la corteza y la pulpa del limón encontramos una gran cantidad de flavonoides y hesperidina que ejercen una acción:

-Antioxidantes.
-Protectora capilar.
-Anti cancerígena.

Aunque el limón actué en todo nuestro organismo su acción medicinal provienen especialmente de sus efectos sobre la sangre.

-Antianémico: aumenta la absorción de hierro.
-Fluidificante: actúa en la prevención de trombosis.
-Depurativo: interviene en la eliminación de sustancias toxicas en la sangre.

Por eso está indicada en los siguientes casos:
*Anemia: aunque el limón tiene un bajo contenido de hierro posee la propiedad de aumentar la absorción de hierro que contiene los vegetales.
*Afecciones circulatorias: los flavonoides contenidos en el limón nos ayudan a reforzar las paredes de los vasos sanguíneos y proporcionan una mayor elasticidad a las venas y arterias.
*Arteriosclerosis: en estos casos el uso del limón es muy recomendado ya que nos permite fluidificar la sangre mejorando la función circulatoria.
*Acido úrico: son desechos que nuestro organismo genera y debe ser eliminados atreves de la orina, cuando se acumulan demasiados estos buscan alojarse en las articulaciones produciendo artritis y dolores reumáticos, y en los riñones produce nefritis (inflamación).
*Infecciones: el limón actúa mejorando el sistema inmunológico a través de nuestro organismo y lo prepara para luchar contra las infecciones. Es muy benéfico tanto en infecciones virales como bacterianas (esto se debe gracias a su alto contenido de vitamina C).

Cura del limón para ayudar a disolver los cálculos renales.
Tiempo de duración: dos semanas, y se comienza el primer día con el zumo de un limón disuelto en 100 ml de agua, se toma una hora antes del desayuno y cada día que pasa se toma el jugo de un limón mas hasta un total de 7 y después comienza a disminuir de 7 hasta llegar a 1.

Esta cura no está recomendada para niños, ancianos, personas con descalcificación o insuficiencia renal.
 

domingo, 30 de octubre de 2016

El Cerebro Adicto



Facundo Manes explica el cerebro adicto: ni debilidad moral ni falta de voluntad


El prestigioso neurólogo Facundo Manes explica cómo la adicción opera en el cerebro, secuestrando la voluntad.
Y por qué es clave un abordaje integral del problema, que debe ser considerado enfermedad.
Uno de los descubrimientos más notables de las neurociencias ha sido la determinación de los circuitos de recompensa. 
Se sabe que Fedor Dostoievski escribió una de sus novelas más reconocidas, ‘El jugador’, acosado por las deudas, el apasionamiento amoroso y el desatino.
Se suele ver el reflejo de esa pesadumbre en Alexei Ivánovich, el protagonista de la novela, un hombre seducido por la bella Polina, pero también por el juego.
Tanto, que en los últimos párrafos se confiesa diciendo: “Si pudiera dominarme durante una hora, sería capaz de cambiar mi destino”.
Esta frase permite definir de manera categórica de qué hablamos cuando hablamos de adicción, una forma particularmente peligrosa de búsqueda de placer.
La adicción fue considerada durante mucho tiempo como una debilidad moral o una falta de fuerza de voluntad.
Por el contrario, actualmente es reconocida como una enfermedad crónica con cambios cerebrales específicos.
Así como la enfermedad cardíaca afecta el corazón y la hepatitis, el hígado, la adicción afecta el cerebro, lo secuestra.
Durante muchos años se creía que sólo el alcohol y las drogas podían causar adicción.
Investigaciones recientes han demostrado que ciertas actividades como el juego, las compras, el sexo, la comida e, incluso, la tecnología, también pueden cooptar el cerebro y son registrados por éste en forma similar a las drogas y el alcohol.
El consenso científico actual sugiere que estos placeres pueden representar múltiples expresiones de un proceso cerebral común subyacente.
Uno de los descubrimientos más notables de las neurociencias ha sido la determinación de los circuitos de recompensa.
Se trata de mecanismos de placer que involucran diferentes regiones cerebrales que se encuentran comunicados mediante mensajeros químicos llamados “neurotransmisores”.
La dopamina es un mensajero químico involucrado en la motivación, el placer, la memoria y el movimiento, entre otras funciones.
En el cerebro, el placer se produce a través de la liberación de la dopamina en el “núcleo accumbens”, una región a la cual los neurocientíficos llaman el “centro de placer del cerebro”.
Justamente la acción de una droga adictiva funciona a partir de la influencia en ese sistema.
Como sabemos, algunos adictos llegan a focalizarse en conseguir y disfrutar de la droga excluyendo todos los demás aspectos de sus vidas: descuidan a su familia, su trabajo, su propia salud.
A sabiendas de que se están destruyendo a sí mismos, siguen con el consumo de la droga y, a medida que continúan con su uso, se hacen tolerantes.
Así, las dosis que inicialmente utilizaron para estimularse ya no son eficaces y necesitan usar una dosis más alta.
En la década de 1950, dos psicólogos canadienses, James Olds y Peter Milner, hicieron unos experimentos muy famosos en los cuales implantaron electrodos en el cerebro basal de las ratas y descubrieron que las drogas adictivas pueden liberar de dos a diez veces -y de forma más rápida- la cantidad de dopamina que las recompensas naturales.
Antes se pensaba que la experiencia del placer era suficiente para inducir a la gente a seguir buscando una sustancia adictiva.
Pero nuevas investigaciones sugieren que la situación es más compleja. La dopamina no sólo contribuye a la experiencia del placer, sino que también desempeña un papel en el aprendizaje y la memoria, dos elementos clave en la transición de consumir algo a convertirse en adicto.
La investigadora Nora Volkow, en Estados Unidos, utilizó una técnica de neuroimágenes denominada “tomografía por emisión de positrones” para etiquetar los receptores de dopamina en el cerebro humano y descubrió que efectivamente el funcionamiento normal del sistema dopaminérgico cerebral parece estar afectado en el abuso crónico de drogas.
Sin embargo, este estudio planteó preguntas fundamentales a partir de esa conclusión: ¿Son estos cambios en los receptores dopaminérgicos de los consumidores de drogas las consecuencias del abuso en el consumo o es el abuso de drogas una consecuencia de una predisposición biológica, lo que quiere decir que estos cambios en los receptores dopaminérgicos están antes del consumo de drogas?
Otro enigma recurrente es el que plantea el comportamiento, a menudo impulsivo, de algunos consumidores de drogas.
Nuevamente se evidencia la pregunta sobre cuál es la causa y cuál es el efecto.
La vulnerabilidad genética contribuye al riesgo de desarrollar una adicción.
Los estudios de gemelos y adopción muestran que alrededor del 40% al 60% de la susceptibilidad a la adicción es hereditaria.
Pero el comportamiento juega un papel clave, especialmente cuando se trata de reforzar un hábito.
Cada uno de nosotros tiene que tomar decisiones acerca de si realizamos algo que queremos hacer o no (por ejemplo, desear comer un chocolate pero no hacerlo para evitar consecuencias negativas en el mediano plazo).
A veces esto no se puede controlar, pero son más las veces que uno puede.
En las personas que son adictas, como vimos en el personaje de El jugador, este control es muy difícil.
La persona que es adicta no quiere serlo.
Su adicción ya le costó su trabajo, su pareja, su bienestar.
Sin embargo, no puede resistir la tentación.
Como dijimos al principio, se trata de una enfermedad de la que actualmente no existe cura.
Se la debe tratar como otras enfermedades crónicas (hipertensión, asma, cáncer) y, como tal, mantener el tratamiento ya que, de otro modo, el paciente recae.
La adicción se aprende y se almacena como memoria en el cerebro, por lo que la recuperación es un proceso lento.
Incluso después de que una persona renuncia, por ejemplo, al consumo de drogas, durante semanas, meses, e incluso, años, la exposición al sitio de la droga, caminar por una calle donde la compraron o tropezar con personas que siguen consumiendo les trae un tremendo impulso a querer consumir de nuevo.
Existe una serie de tratamientos que lograron eficacia, por lo general al combinar estrategias de autoayuda, de psicoterapia y de rehabilitación.
Para algunos tipos de adicciones, ciertos medicamentos también pueden ayudar.
En una carta de mayo de 1867, el propio Dostoievski -no ya su personaje- le cuenta mortificado a su esposa que todo el dinero con el que contaba lo ha perdido en el casino.
Así le describe el escritor ruso su derrotero:
“Al principio perdí muy poco, pero cuando comencé a perder, sentía deseos de desquitar lo perdido y cuando perdí aún más, ya fue forzoso seguir jugando para recuperar aunque sólo fuera el dinero necesario para mi partida, pero también eso lo perdí.”
Y le promete para el futuro:
“De hoy en adelante voy a trabajar, voy a trabajar y voy a demostrar de qué soy capaz.”
El mismo desaliento y el mismo propósito de enmienda de todos cuando lo que no se puede es dominarse y, de este modo, cambiar el destino.
Así y todo, pudo cumplir con eso de escribir y demostrar de todo lo que era capaz.

sábado, 29 de octubre de 2016

Mi Viejo Cubo



Durante la era Kamakura, cuando la monja Chiyoko era una estudiante de zen bajo la guía de Buko, en el monasterio de Engaku, tuvo que esperar muchos años antes de degustar el sabor de la meditación.
Cierta noche de luna llena, Chiyoko traía agua del pozo en un viejo cubo atado con hojas de bambú.
Estas se rompieron y la base del cubo se desprendió, derramándose toda el agua al exterior.
En ese instante, Chiyoko se liberó y en conmemoración del momento escribió este poema:
Día tras día traté de salvar mi viejo cubo, pues las tiras de bambú estaban debilitándose y amenazaban con romperse.
Hasta que al fin la base cedió.
¡No hay ya agua en el cubo!
¡No hay ya luna en el agua!

Araña




Dicen que una vez un hombre, era perseguido por varios malhechores que querían matarlo.
El hombre ingresó a una cueva.
Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores a la que él se encontraba.
Con tal desesperación elevó una plegaria a Dios, de la siguiente manera:
-Dios todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme.
En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que estaba escondido y vio que apareció una araña quien empezó a tejer una telaraña en la entrada.
El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez más angustiado:
-Señor te pedí ángeles, no una araña. Señor por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme.
Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada y sólo observó a la araña tejiendo la telaraña.
Estaban ya los malhechores ingresando en la cueva y el hombre quedó esperando su muerte.
Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva que se encontraba el hombre, ya la araña había tapado toda la entrada y entonces se escuchó esta conversación:
-Busquemos en esta cueva
-No. No ves que hasta hay telarañas. Nadie ha entrado en esta cueva por mucho tiempo. Sigamos buscando en las demás.

Desconozco el autor.